16 DE JUNIO DE 1955: EL DÍA QUE BOMBARDEARON BUENOS AIRES

Por Ángel Pizzorno

Días antes de aquella fecha que la Memoria Popular no olvidará nunca, se realizó la procesión de Corpus Christi. Es una celebración tradicional de la feligresía católica, pero esta vez participaron activistas políticos de distintos partidos opositores y la movilización terminó con la quema de una bandera argentina frente al Congreso Nacional, un hecho degradante nunca debidamente aclarado. Como acto de desagravio a la Enseña Patria, se organizó un desfile aéreo que los golpistas usaron como pantalla.

El 16 de junio la ciudad de Buenos Aires amaneció bajo una densa niebla que complicó el ataque aéreo de la Marina y sectores de la Fuerza Aérea. El alzamiento militar sería apoyado por “comandos civiles”; que después del bombardeo, tomarían la Casa Rosada, junto a la Infantería de Marina. La consigna es matar a Perón.

Comenzó el ataque aéreo sembrando muerte y destrucción. Aquellos a quienes la Patria les confió las armas para defenderla, la volvieron contra su propio pueblo desarmado. Fracasó el golpe criminal y muchos de los responsables huyeron a Uruguay; militares y civiles. Sólo la palabra serena de Perón hablando al pueblo, evitó que la sed de justicia popular aumentara la tragedia. Más de trescientos muertos, miles de heridos y una gran destrucción, demostró la moral de los “Libertadores”. Tres meses más tarde tomaron el poder.

El 16 de junio fue un adelanto de lo que harían un año más tarde con los fusilamientos del 9 de junio y sobre el Pueblo Peronista durante 18 años. Su máxima obra macabra: la dictadura de marzo de 1976. Porque siempre tuvieron una constante; imponer un modelo económico y de sociedad para pocos. Para ellos el peronismo debía desaparecer. Pero todos los intentos fueron y son inútiles, ya que el peronismo es la encarnación de la Patria Justa, Libre y Soberana.

Nuestro mejor homenaje a las víctimas inocentes del 16 de junio y a los militantes que con las manos vacías fueron a defender al Gobierno Constitucional, es mantener en alto sus banderas; hoy más que nunca.