25 DE FEBRERO DE 1950: NACIMIENTO DE NÉSTOR KIRCHNER

Por Ángel Pizzorno

“Formo parte de una generación diezmada, castigada con dolorosas ausencias; sumé a las luchas políticas creyendo en valores y convicciones a los que no pienso dejar en la puerta de entrada de la Casa Rosada”. (Néstor Kirchner, 2003)

Nuestro pueblo es testigo del cumplimiento de esa palabra de honor.

Néstor Carlos Kirchner pasó como un viento por la historia argentina dejando una marca imborrable. En apenas cuatro años, su gobierno impulsó la anulación de las leyes e indultos que dieron impunidad a los genocidas de la dictadura y se los pudo encarcelar; canceló la deuda pendiente con el FMI, logrando un ahorro de U$S mil millones y recuperando nuestro manejo de la economía; descendieron la desocupación y la pobreza; aumentaron la producción industrial, la construcción y la obra pública; mejoró la distribución del ingreso; derogó la ley de Reforma Laboral de De La Rua y aplicó otras medidas que mostraron a Néstor como un digno gobernante peronista.

Pero consiguió lo más importante: devolver a nuestro pueblo la confianza en la política, perdida durante los años de auge liberal y por la catástrofe económica y social del 2001. También por primera vez en años, la juventud vuelve a participar activamente en política.

En el plano internacional impulsó el Mercosur y en el año 2005 en Mar del Plata, los gobiernos de la Patria Grande derrotaron el proyecto neocolonial estadounidense del ALCA, mostrando el poder de la unidad latinoamericana.

Pero en un día negro que nunca olvidaremos, Néstor nos dejó físicamente, aunque su ejemplo y sus enseñanzas confirmaron que mientras exista confianza recíproca entre pueblo y gobernantes, no hay poder externo capaz de derrotarnos. Cristina continuó en sus gobiernos la tarea pendiente venciendo dificultades como ella sabe hacerlo y hoy, junto a Alberto y pandemia mediante, les toca el desafío más duro: alcanzar aquel sueño por el que Néstor dejó la vida y que se propusieron Perón y Evita hace muchos años: la felicidad del Pueblo y la grandeza de la Patria.